sábado, febrero 4

3AM

Llegué allí obnubilado por tus noticias de última hora odiándote en voz alta, exclamando asteriscos y calaveras, y mis pulgas alzando el puño en el aire, pisando exclusivamente lo que parecían las únicas maderas que crujían, y pedí deseos a las bombillas desgastadas y parpadeantes, daría todos mis lunares por que fueras una calcomanía de la que pudiera deshacerme frotando con agua y jabón. Estaba enfadado, me irritaba no volver a verte o tener que esconderme, no era un criminal, todavía no había matado a nadie, yo llegué primero, nací así, es el destino… elige la excusa que más te guste, no quería perderte, eso es lo importante.

martes, septiembre 13

Del Sótano al Ático

Primera parte
Dejando el sótano

Nada mas cerrar la puerta me empezaron a temblar las manos, subí los escalones agarrado a la barandilla, no sabía que decir, así que solamente dejé las llaves en el buzón y me fui sin echar de menos. Las paredes mohosas pintadas con cal y yeso no me inspiraron poemas, y las tuberías no aparecieron en ninguno de mis cuadros; nunca invité a nadie, aunque tú, que apareciste un día por sorpresa, viste donde se pudrían mis restos. Por otro lado, tu ausencia me pesaba en vez de liberarme, como si me olvidara de regar una de tus plantas y me inundara la culpa.

Quería ver el mar y las olas, las olas y las gaviotas, y perderme en el extremo de la orilla que se difumina con el cielo. Desde el tren puedo ver el color del mar durante las cuatro estaciones, y pienso, que el mar es el mar en Enero, y el azul es azul en Julio. Lo que quiero decir, es que a pesar de todo quería verte, porque tú seguías siendo tú aunque hubiera pasado el tiempo, y el tono de azul sea diferente.

viernes, mayo 27

Desde entonces me despertaba aquí intentando no echar la vista atrás, preparando las maletas por si algún día tenía el valor de marcharme, de dejarlo todo atrás de una vez por todas aunque te arrastrara a ti conmigo, figuradamente, y esperaba poder deshacerme de ti en el camino o abandonarte en alguna gasolinera o señal de stop, un cruce de caminos, donde fuera. Pero francamente, huir cobardemente solo lo haría todo aun peor, serías una flor de corazones en mi jugada de poker, un todo o nada que me pondría nervioso con cada nueva carta. Cuando eres un farol. Una mentira jugada a ciegas por la que he apostado demasiado, y en vez de perder con estilo me torturo contigo más a menudo de lo que me niego a reconocer. Así, regocijándome en mi propia miseria, cada segundo aquí es un éxito que sabe a lodo, el drama léxico del contigo pero sin ti, sobreviviendo en el desierto chupando piedras…

jueves, abril 28

El Haiku del idiota

Si yo fuera un astronauta,
tú habrías sido mi Plutón.
Te conocí como a un lejano planeta,
pero solo eras una piedra más,
otra más flotando en el espacio exterior.

lunes, abril 4

Quizás cuando bajabas por las escaleras de mis infiernos lo hacías apoyando un dedo de vez en cuando, como exploradores dándose la razón en cada peldaño, pensando, que nadie arriesga tanto por algo sin valor.

sábado, febrero 27

Me negué a olvidarte, y ahora hasta las pulgas hacen corros poseídas por las historias sobre ti, domesticadas para hacerte reverencias, y tristes porque me veas con los ojos de alguien que se mira a su propia nariz.

lunes, febrero 8

Cuando te conocí tenía dieciocho años y acababa de estrellarme contra la vida, o eso decía mi padre. Hace tiempo que no hablamos porque se reiría de mí. Tú no le conoces, pero cada vez que piensas que yo soy un cínico, yo pienso en él y solo soy un flan salado temblando de miedo delante de ti, esperando a que llegue la hora del postre. Mi gran momento. Y él, cemento. Espero que lo entiendas. Espero que me entiendas y que vayas un paso por delante de mí, porque cuando te conocí tenía dieciocho años y desde ese día he intentado comprenderte y entender cómo hace la gente eso tan inhumano de dejar de querer a alguien, y ya van veinte y tantos y veinte y tantas desde que desaparecí para practicar eso de borrar taquicardias, y todo lo que he avanzado ha sido apilar a las dos Gran Decepciones y volver corriendo debajo de tu falda a jurarte amor eterno, perdiendo el control otra vez, fuck me.