viernes, mayo 27

Desde entonces me despertaba aquí intentando no echar la vista atrás, preparando las maletas por si algún día tenía el valor de marcharme, de dejarlo todo atrás de una vez por todas aunque te arrastrara a ti conmigo, figuradamente, y esperaba poder deshacerme de ti en el camino o abandonarte en alguna gasolinera o señal de stop, un cruce de caminos, donde fuera. Pero francamente, huir cobardemente solo lo haría todo aun peor, serías una flor de corazones en mi jugada de poker, un todo o nada que me pondría nervioso con cada nueva carta. Cuando eres un farol. Una mentira jugada a ciegas por la que he apostado demasiado, y en vez de perder con estilo me torturo contigo más a menudo de lo que me niego a reconocer. Así, regocijándome en mi propia miseria, cada segundo aquí es un éxito que sabe a lodo, el drama léxico del contigo pero sin ti, sobreviviendo en el desierto chupando piedras…

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