El teléfono sonaba RING RING y no había ninguna llamada, y los vestidos seguían colgados de las perchas aunque yo los viera caminar, te escuchaba pasar las páginas de uno de mis libros para amantes fugitivos, y me repetía en voz alta qué puta eres por estar más presente cuando te vas. Y aunque sin conocer a tu armario se que mis camisetas le quedarían mejor a él, sé que sus puertas no esconden tanto espacio como para alguien como yo.
Seguro que tienes una vida muy ocupada, pero escribe algo de una puñetera vez, anda.
ResponderEliminarque te quiero y ya.
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